viernes, 7 de febrero de 2014
La Música Regalo de Dios
“LA MUSICA REGALO DE DIOS”
Orígenes y algunas de sus fuentes.
Por Miguel Vázquez Aguilar.
El Padre Mendieta, sucesor de los doce franciscanos que emprendieron la evangelización de
México, dice:¨”Una cosa puedo afirmar con verdad: que en todos los reinos de la Cristiandad no
hay tanta copia de flautas, chirimías, sacabuches, orlos, trompetas y atabales, como en solo este
reino de la Nueva España. Órganos también los tienen todas cuasi las iglesias donde hay religiosos,
y aunque los indios no toman el cargo de hacerlo, sino maestros españoles, los indios son los que
labran lo que es menester para ellos, y los mismos indios los tañen en nuestros conventos”.
Motolinia, por su parte, dice: “En lugar de órganos tienen músicos de flautas concertadas, que
parecen propiamente órganos de palo, porque son muchas flautas. Esta música enseñaron a
los indios ministriles de Castilla que pasaron a su tierra, y como no hubo quien juntos les diese
de comer, rogáronles se repartiesen por los pueblos de los indios a los enseñar, pagándoles y
así lo enseñaron: e yo ví afirmar a estos ministriles españoles, que lo que estos indios naturales
deprendían, no lo deprendían en España los españoles en dos años; porque en dos meses
cantaban muchas misas, magnificat y motetes, etc. Aquí en Tlaxcala un mancebo cantor antes
de esto tañía una flauta, que sin maestro el mesmo se enseñó unos puntos, desque vio lo que se
habían enseñádo, juntóse con ellos, y en una semana tañó todo lo que la capilla de flautas tañía,
que decía su maestro, que él no supo tanto en dos años”. “Aquí en Tlaxcala estaba un español
que tañía rabel, e un indio hizo hacer otro rabel, y rogó al español que lo enseñase, y él dióle dos o
tres liciones, en las cuales deprendió todo lo que el español sabía, e antes de diez días sin haberlo
visto, tomaba con el rabel entre flautas tiple, y discantaba entre las flautas o sobre las flautas, E
agora he sabido que en México hay maestro que sabe tañer vihuela de arco, e ya tiene hechas
todas cuatro voces, y en comenzaron a tañer. Bien creo yo que antes del año sepan tanto e más
que los indios que su maestro, o ellos podrían poco, y que luego haya otros que los contrafagan”.
Torquemada, por su parte, afirma: “La primera cosa que aprendieron a cantar los indios fue la
misa de Nuestra Señora, que comienza: Salve Sancta Parents. No hay pueblo de cien vecinos que
no tenga cantores, que oficien en las misas y vísperas de canto de órgano y con sus ministriles, e
instrumentos de música; no hay aldehuela, por pequeña que sea que deje de tener siquiera tre o
cuatro indios, que canten cada día en su iglesia las Horas de Nuestra Señora, especialmente en la
provincia de Mechoacán y Xalisco”.
Cabe anotar en lo que se refiere a los cantantes y músicos que se dedicaban al servicio del culto
en cada poblado, ciudad o villa, que, en general, fue tan elevado, que hubo necesidad de fijar, por
reglamento, cuál sería el número de los que a tal fin debían dedicarse. Así, por ejemplo, y entre
los más numerosos estaba Toluca con 30 cantores, 10 trompeteros y dos maestros de capilla;
señalándose a Zacatlán, Xilotepec y Metztitlán con 24 cantores. Fijábanseles, también, un salario
anual de $2.00 (dos pesos) en oro como promedio.
Este dato ofrece un contraste evidente con la situación que actualmente se comprueba, pues
puede afirmarse que, especialmente en las pequeñas ciudades y poblados, no hay más de una o
dos personas que se dedican al mismo fin. (Descártanse, desde luego, las capitales de estado y el
Distrito Federal).
Fray Juan de Torquemada.
Continuara………………………………….
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