viernes, 7 de febrero de 2014

LA MUSICA REGALO DE DIOS


“LA MUSICA REGALO DE DIOS”

Orígenes y algunas de sus fuentes.

Por Miguel Vázquez Aguilar.

No cabe duda que los resultados que se obtuvieron los primeros años después de la conquista,
fueron notables, en esta transformación y floración es necesario no perder de vista un factor
especial que en gran parte explica estos fenómenos: el indio poseía una disciplina especial para el
estudio de la música, pues como ya se ha anotado anteriormente, tenían una organización musical
fuerte y vigorosa, rígida y férrea, que obligaba a todos, bajo pena de muerte, a ser perfectos no
solamente en la ejecución de sus danzas, sino también en la música.

Por otra parte, el uso que el indígena hacía de la música, se complementaba con el empeño
de los misioneros y sacerdotes: en cierto modo, los naturales no hacían más que prolongar la
supervivencia de una costumbre y de una tradición que tomaba nuevas modalidades; es decir, así
habían festejado antes a sus dioses protectores: veían y sentían lógico, como consecuencia, que la
música fuera una parte importante y esencial en el nuevo culto que se les enseñaba.
Existió, sin embargo, una dificultad y una costumbre que aún hasta nuestros días no ha sido
posible desarraigar: estaban aferrados a sus danzas. Los esfuerzos hechos para acabar con esta
modalidad se estrellaban ante la tenaz resistencia que ofrecían. El recurso fue no eliminarlas sino
cambiarlas de intención en su dedicación; inclusive surgieron otras en que los actuantes eran
moros y cristianos, santos y personajes.

De cómo lo dicho fue objeto de preocupación lo demuestra la circunstancia de que los tres
Concilios Mexicanos realizados en el siglo XVI, discutieron y trataron el punto con gran empeño,
asentando conclusiones y recomendaciones terminantes.
Pero hubo una aportación europea más, que bien pudo haber tenido la intención de ir
destruyendo costumbres antiguas: así consideramos las representaciones teatrales, (Pastorelas,
Autos Sacramentales y Misterios) que también fueron practicados prontamente.

Existen datos de que el 25 de marzo de 1538 fue representado el Auto Sacramental “La caída
de nuestros primeros padres”, que terminaba con un villancico en castellano. Dicho villancico,
considerado por García Icazbalceta “como la muestra más antigua que conozco de la poesía
colonial”, dice así:
Para qué comió La primer casada,
Para qué comió La fruta vedada.
La primer casada Ella y su marido,
A Dios han traído En pobre posada,
Por haber comida La fruta vedada.
El lunes 24 de junio de 1538, según relata Motolinia, se hicieron otras representaciones en
Tlaxcala que fueron: “La anunciación de la natividad de San Juan Bautista, hecha a su padre
Zacarías, que tardo en ella una hora, acabando con un gentil motete en canto de órgano. Y luego
adelante, en otro tablado, representaron la Anunciación de nuestra Señora…antes de la misa…en
otro cadalso…representaron la Visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel…Después de la misa, se
representó la Natividad de San Juan…”


 Continuara………………….

Dia de la Candelaria

Presentación de Jesús al templo (Fiesta de la Candelaria)
2 de febrero. José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén, también se conoce como "Día de la Candelaria". Este día también se celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada
 
Presentación de Jesús al templo (Fiesta de la Candelaria)
Presentación de Jesús al templo (Fiesta de la Candelaria)
Origen de la fiesta:

Esta costumbre tiene su origen en la celebración litúrgica de la fiesta de la purificación y la presentación del Niño Dios al templo.

En tiempo de Jesús, la ley prescribía en el Levítico que toda mujer debía presentarse en el templo para purificarse a los cuarenta días que hubiese dado a luz. Si el hijo nacido era varón, debía ser circuncidado a los ocho días y la madre debería permanecer en su casa durante treinta y tres días más, purificándose a través del recogimiento y la oración.

Ya que se cumpliera la fecha, acudía en compañía de su esposo a las puertas del templo para llevar una ofrenda: un cordero y una paloma o tórtola. Con respecto al niño, todo primogénito debía ser consagrado al Señor, en recuerdo de los primogénitos de Egipto que había salvado Dios. Lo mismo pasaba con los animales primogénitos.
José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén. Como eran pobres, llevaron dos palomas blancas. Al entrar al templo, el anciano Simeón, movido por el Espíritu Santo, tomó en brazos a Jesús y lo bendijo diciendo que Él sería la luz que iluminaría a los gentiles. Después, le dijo a María que una espada atravesaría su alma, profetizando los sufrimientos que tendría que afrontar.

Explicación de la fiesta:

El día 2 de febrero de cada año, se recuerda esta presentación del Niño Jesús al templo, llevando a alguna imagen del Niño Dios a presentar a la iglesia o parroquia. También ese día, se recuerdan las palabras de Simeón, llevando candelas (velas hechas de parafina pura) a bendecir, las cuales simbolizan a Jesús como luz de todos los hombres. De aquí viene el nombre de la “Fiesta de las candelas” o el “Día de la Candelaria”.

En México, se acostumbra que aquellos a quienes les tocó el muñeco de la rosca de reyes, son los que deberán presentarlo en el templo el día de la Candelas. Para esto, hay que vestirlo y engalanarlo. También, comprarle un trono para sentarlo. En esta celebración se bendicen la imagen del Niño Dios y las candelas, que representan la luz de Cristo en los hogares. Las velas benditas se pueden prender cuando surjan las dificultades de la vida durante el año.

Esta fiesta termina con una merienda familiar y de amigos, en la cual se sirven tamales y atole de sabores y chocolate caliente.

Es una fiesta que podemos aprovechar para reflexionar acerca de la obediencia de María y para agradecer a Jesús que haya venido a iluminar nuestros corazones en el camino a nuestra salvación eterna.

La Virgen de la Candelaria: 
Es una de las muchas advocaciones (nombres) de la Virgen María. Tuvo su origen en Tenerife, una de las islas Canarias.
Según la tradición, la Virgen se le apareció en 1392 a dos indios guanches que pastoreaban su rebaño, quienes, al llegar a la boca de un barranco, notaron que el ganado no avanzaba, como si algo impidiera seguir adelante. Para ver qué era lo que pasaba, uno de los pastores avanzó y vio en lo alto de una peña una imagen de madera como de un metro de alto de una mujer. Traía una vela en la mano izquierda y cargaba a un niño en el brazo derecho. El niño llevaba en sus manos un pajarito de oro.

Los indios, como tenían prohibido hablar con mujeres que estuvieran solas, le hicieron señas para que se apartara del camino. Como no les hacía caso, uno de los indios tomó una piedra para lanzársela, pero el brazo se le paralizó. Su compañero tomó la imagen e intentó romperla, pero en el intento, se cortó sus propios dedos.

Los indios corrieron a avisar al rey, quien de inmediato fue con todos sus guardias al lugar del acontecimiento. Tomaron la figura y la llevaron a la casa del rey. Los encargados de llevársela fueron los pastores que la encontraron, quienes al instante de tomarla en sus manos, quedan curados del brazo uno y de los dedos, el otro. Ante este milagro, el rey ordenó que todo el pueblo honrara a aquella figura de mujer, a quien le llamaron “La Extranjera”.

Cuando la gente se acercaba a Ella, se oían armonías celestiales, se percibían aromas exquisitos y la imagen despedía una luz resplandeciente. Infundía en las personas temor y respeto, pero ellos no sabían a quién representaba.

Años después, los españoles conquistaron la isla de Lanzarote y soñaban con conquistar la isla de Tenerife.
En uno de sus intentos de conquista, apresaron a un niño guanche y lo llevaron a Lanzarote. Ahí lo bautizaron con el nombre de Antón, lo catequizaron y un tiempo después, lo llevaron de regreso a su isla natal de Tenerife.

Antón fue a la casa del rey a contarle todo lo que le había sucedido y el rey le dio permiso de ver a La Extranjera.
Cuando Antón la vio, se puso de rodillas y les dijo a todos que hicieran lo mismo. Les explicó que aquella Señora, era la representación de la Virgen María cuando llevaba a Jesús a presentar al templo. Le explicó que la Virgen María era la Madre del Dios y de todos los hombres y que era una gran suerte tener ese gran tesoro.

Antón le pidió al Rey permiso para buscar un lugar en el que todos la pudieran venerar. El Rey accedió y llevaron la imagen a la cueva de Achbinico, un templo subterráneo, que parecía una Iglesia natural. Antón cuidó por un tiempo de la Basílica. Alrededor de 1530, encargaron el Santuario a los padres dominicos que se les conocía como “Los frailes de la Virgen”.

En noviembre de 1826, una tormenta terrible azotó a la isla de Tenerife, llegando al Santuario de la Virgen y las aguas se llevaron la Imagen. Se hizo todo por tratar de recuperarla, pero no fue posible encontrarla. Los padres dominicos acordaron mandar a hacer una imagen nueva. Así lo hicieron y en la festividad del día 2 de Febrero de 1830, bendijeron la nueva imagen de Nuestra Señora de la Candelaria.

Desde el año 1599 se nombró a la Virgen de la Candelaria patrona de todo el archipiélago canario. Su devoción se ha extendido por la península y por toda Hispanoamérica, principalmente por Venezuela.

Sus milagros y favores son constantes. Cada año acuden a visitarla miles de personas de todas clases sociales para darle gracias y pedirle beneficios.

Le cantan:
Muchas flores la fortuna
Regaló a las Canarias;
Pero como Tú ninguna.
Virgen de la Candelaria.

Virgen de Candelaria,
la más bonita, la más morena,
la que extiende su manto
desde la cumbre hasta la arena

En México, en Tlacotalpan, en el Estado de Veracruz, tienen como patrona a la Virgen de la Candelaria. Su traje es muy significativo: bajo el manto de azul profundo, lleva un vestido blanco resplandeciente, bordado con motivos vegetales y volutas (flores y espigas de trigo grandes). La Virgen se encuentra en la Iglesia y el día 2 de Febrero se acostumbra sacarla de la Iglesia, cantarle las Mañanitas por la mañana y por la tarde, llevarla en procesión por el río Papaloapan.
Tlacotalpan es un lugar que se encuentra al margen izquierdo del río Papaloapan, que quiere decir "río de mariposas".

Guerra Cristera


La Guerra Cristera 

General Plutarco Elías Calles
Foto: redmexicana.com
En 1924, Plutarco Elías Calles, siendo Presidente, complicó más las relaciones entre el gobierno y los católicos, pues pensaba que un católico no podía ser un buen ciudadano ya que su primera lealtad es con Roma. Con lo cual, Calles proponía un nacionalismo nuevo, en el cual los ciudadanos no deberían lealtad a nadie más que al propio Estado.

El 21 de febrero de 1925, Calles intentó crear una iglesia nacional con el apoyo de la Iglesia Católica Apostólica Mexicana (ICAM), encabezada por el sacerdote renegado, Joaquín Pérez. Lo que significó una división dentro del catolicismo pues la ICAM proponía seguir la misma doctrina católica pero sin relación alguna con el Papa, quedando como líder el mismo Pérez en calidad de Patriarca. La iglesia nacional se apoderó del templo de la Soledad para poder establecerse; pero fallaron en el intento pues la parroquia fue recuperada el día 23 por el pueblo, hecho que ocasionó que un gran número de católicos se movilizaran para defender las iglesias.

Varios grupos de católicos se juntaron para formar la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa en marzo, dirigida por Manuel Palomar y Vizcarra. Ellos pretendían conseguir la libertad religiosa pro medios constitucionales. Este grupo rápidamente se extendió en el país, sin embargo se declaró ilegal, por lo que tuvieron que trabajar clandestinamente. También se formó un Comité Episcopal a fin de tratar de llegar a un acuerdo con el gobierno.

El 4 de febrero de 1926, el periodista Ignacio Monroy del periódico El Universal, publicó las declaraciones hechas por el arzobispo de México José Mora y del Río en rechazo al anticlericalismo de la Constitución, lo que provocó la detención del arzobispo, mientras en Roma el Papa aconsejaba a los católicos que se abstuvieran de participar en la política.

Calles tomó esta publicación como una ofensa y un reto al gobierno, así que ordenó al Congreso reglamentar el artículo 130, mejor conocido como la Ley de Calles. En este artículo demandaba la clausura de escuelas religiosas y la expulsión de sacerdotes extranjeros. También se limitaba el número de sacerdotes a uno por cada seis mil habitantes, además de registrarse ante las autoridades municipales, quienes otorgarían su respectiva licencia para ejercer, incluía también delitos relativos a la enseñanza haciendo desaparecer la libertad de enseñanza y el derecho de educar a las personas en la fe.

Por su parte, los obispos consideraron que no existían garantías para ejercer su ministerio y emitieron un comunicado avalado por Roma donde se anunciaba que se había decidido suspender los cultos desde el 1 de Agosto, día que entró en vigor la Ley de Calles. Pero el pueblo mexicano que era muy católico se congregó en las iglesias un día antes para celebrar muchos bautizos, matrimonios, etc.

La Guerra Cristera

La Música Regalo de Dios


“LA MUSICA REGALO DE DIOS”

Orígenes y algunas de sus fuentes.

Por Miguel Vázquez Aguilar.

El Padre Mendieta, sucesor de los doce franciscanos que emprendieron la evangelización de
México, dice:¨”Una cosa puedo afirmar con verdad: que en todos los reinos de la Cristiandad no
hay tanta copia de flautas, chirimías, sacabuches, orlos, trompetas y atabales, como en solo este
reino de la Nueva España. Órganos también los tienen todas cuasi las iglesias donde hay religiosos,
y aunque los indios no toman el cargo de hacerlo, sino maestros españoles, los indios son los que
labran lo que es menester para ellos, y los mismos indios los tañen en nuestros conventos”.
Motolinia, por su parte, dice: “En lugar de órganos tienen músicos de flautas concertadas, que
parecen propiamente órganos de palo, porque son muchas flautas. Esta música enseñaron a
los indios ministriles de Castilla que pasaron a su tierra, y como no hubo quien juntos les diese
de comer, rogáronles se repartiesen por los pueblos de los indios a los enseñar, pagándoles y
así lo enseñaron: e yo ví afirmar a estos ministriles españoles, que lo que estos indios naturales
deprendían, no lo deprendían en España los españoles en dos años; porque en dos meses
cantaban muchas misas, magnificat y motetes, etc. Aquí en Tlaxcala un mancebo cantor antes
de esto tañía una flauta, que sin maestro el mesmo se enseñó unos puntos, desque vio lo que se
habían enseñádo, juntóse con ellos, y en una semana tañó todo lo que la capilla de flautas tañía,
que decía su maestro, que él no supo tanto en dos años”. “Aquí en Tlaxcala estaba un español
que tañía rabel, e un indio hizo hacer otro rabel, y rogó al español que lo enseñase, y él dióle dos o
tres liciones, en las cuales deprendió todo lo que el español sabía, e antes de diez días sin haberlo
visto, tomaba con el rabel entre flautas tiple, y discantaba entre las flautas o sobre las flautas, E
agora he sabido que en México hay maestro que sabe tañer vihuela de arco, e ya tiene hechas
todas cuatro voces, y en comenzaron a tañer. Bien creo yo que antes del año sepan tanto e más
que los indios que su maestro, o ellos podrían poco, y que luego haya otros que los contrafagan”.
Torquemada, por su parte, afirma: “La primera cosa que aprendieron a cantar los indios fue la
misa de Nuestra Señora, que comienza: Salve Sancta Parents. No hay pueblo de cien vecinos que
no tenga cantores, que oficien en las misas y vísperas de canto de órgano y con sus ministriles, e
instrumentos de música; no hay aldehuela, por pequeña que sea que deje de tener siquiera tre o
cuatro indios, que canten cada día en su iglesia las Horas de Nuestra Señora, especialmente en la
provincia de Mechoacán y Xalisco”.

Cabe anotar en lo que se refiere a los cantantes y músicos que se dedicaban al servicio del culto
en cada poblado, ciudad o villa, que, en general, fue tan elevado, que hubo necesidad de fijar, por
reglamento, cuál sería el número de los que a tal fin debían dedicarse. Así, por ejemplo, y entre
los más numerosos estaba Toluca con 30 cantores, 10 trompeteros y dos maestros de capilla;
señalándose a Zacatlán, Xilotepec y Metztitlán con 24 cantores. Fijábanseles, también, un salario
anual de $2.00 (dos pesos) en oro como promedio.
Este dato ofrece un contraste evidente con la situación que actualmente se comprueba, pues
puede afirmarse que, especialmente en las pequeñas ciudades y poblados, no hay más de una o
dos personas que se dedican al mismo fin. (Descártanse, desde luego, las capitales de estado y el
Distrito Federal).



Fray Juan de Torquemada.

 Continuara………………………………….

San Antonio de Padua


San Antonio nació en Portugal, pero adquirió el apellido por el que lo conoce el mundo, de la ciudad italiana de Padua, donde murió y donde todavía se veneran sus reliquias.
León XIII lo llamó "el santo de todo el mundo", porque su imagen y devoción se encuentran por todas partes.
Llamado "Doctor Evangélico". 
Escribió sermones para todas las fiestas del año

"El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree" -San Antonio
 "Era poderoso en obras y en palabras.  Su cuerpo habitaba esta tierra pero su alma vivía en el cielo" -un biógrafo de ese tiempo.  
Patrón de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros. Se le invoca por los objetos perdidos y para pedir un buen esposo/a.  Es verdaderamente extraordinaria su intercesión.

Vino al mundo en el año 1195 y se llamó Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, nombre que cambió por el de Antonio al ingresar en la orden de Frailes Menores, por la devoción al gran patriarca de los monjes y patrones titulares de la capilla en que recibió el hábito franciscano. Sus padres, jóvenes miembros de la nobleza de Portugal, dejaron que los clérigos de la Catedral de Lisboa se encargaran de impartir los primeros conocimientos al niño, pero cuando éste llegó a la edad de quince años, fue puesto al cuidado de los canónigos regulares de San Agustín, que tenían su casa cerca de la ciudad. Dos años después, obtuvo permiso para ser trasladado al priorato de Coimbra, por entonces capital de Portugal, a fin de evitar las distracciones que le causaban las constantes visitas de sus amistades.  
No le faltaron las pruebas. En la juventud fue atacado duramente por las pasiones sensuales. Pero no se dejó vencer y con la ayuda de Dios las dominó. El se fortalecía visitando al Stmo. Sacramento. Además desde niño se había consagrado a la Stma. Virgen y a Ella encomendaba su pureza.  
Una vez en Coimbra, se dedicó por entero a la plegaria y el estudio; gracias a su extraordinaria memoria retentiva, llegó a adquirir, en poco tiempo, los más amplios conocimientos sobre la Biblia. En el año de 1220, el rey Don Pedro de Portugal regresó de una expedición a Marruecos y trajo consigo las reliquias de los santos frailes-franciscanos que, poco tiempo antes habían obtenido allá un glorioso martirio.Fernando que por entonces había pasado ocho años en Coimbra, se sintió profundamente conmovido a la vista de aquellas reliquias y nació en lo íntimo de su corazón el anhelo de dar la vida por Cristo. 
Poco después, algunos frailes franciscanos llegaron a hospedarse en el convento de la Santa Cruz, donde estaba Fernando; éste les abrió su corazón y fue tan empeñosa su insistencia, que a principio de 1221, se le admitió en la orden. Casi inmediatamente después, se le autorizó para embarcar hacia Marruecos a fin de predicar el Evangelio a los moros. Pero no bien llegó a aquellas tierras donde pensaba conquistar la gloria, cuando fue atacado por una grave enfermedad (hidropesía),que le dejó postrado e incapacitado durante varios meses y, a fin de cuentas, fue necesario devolverlo a Europa. La nave en que se embarcó, empujada por fuertes vientos, se desvió y fue a parar en Messina, la capital de Sicilia.  Con grandes penalidades, viajó desde la isla a la ciudad de Asís donde, según le habían informado sus hermanos en Sicilia, iba a llevarse a cabo un capítulo general. Aquella fue la gran asamblea de 1221, el último de los capítulos que admitió la participación de todos los miembros de la orden; estuvo presidido por el hermano Elías como vicario general y San Francisco, sentado a sus pies, estaba presente.  Indudablemente que aquella reunión impresionó hondamente al joven fraile portugués.Tras la clausura, los hermanos regresaron a los puestos que se les habían señalado, y Antonio fue a hacerse cargo de la solitaria ermita de San Paolo, cerca de Forli.  Hasta ahora se discute el punto de si, por aquel entonces, Antonio era o no sacerdote; pero lo cierto es que nadie ha puesto en tela de juicio los extraordinarios dones intelectuales y espirituales del joven y enfermizo fraile que nunca hablaba de sí mismo. Cuando no se le veía entregado a la oración en la capilla o en la cueva donde vivía, estaba al servicio de los otros frailes, ocupado sobre todo en la limpieza de los platos y cacharros, después del almuerzo comunal.
Mas no estaban destinadas a permanecer ocultas las claras luces de su intelecto. Sucedió que al celebrarse una ordenación en Forli, los candidatos franciscanos y dominicos se reunieron en el convento de los Frailes Menores de aquella ciudad. Seguramente a causa de algún malentendido, ninguno de los dominicos había acudido ya preparado a pronunciar la acostumbrada alocución durante la ceremonia y, como ninguno de los franciscanos se sentía capaz de llenar la brecha, se ordenó a San Antonio, ahí presente, que fuese a hablar y que dijese lo que el Espíritu Santo le inspirara. El joven obedeció sin chistar y, desde que abrió la boca hasta que terminó su improvisado discurso, todos los presentes le escucharon como arrobados, embargados por la emoción y por el asombro, a causa de la elocuencia, el fervor y la sabiduría de que hizo gala el orador. En cuanto el ministro provincial tuvo noticias sobre los talentos desplegados por el joven fraile portugués, lo mandó llamar a su solitaria ermita y lo envió a predicar a varias partes de la Romagna, una región que, por entonces, abarcaba toda la Lombardía.  En un momento, Antonio pasó de la oscuridad a la luz de la fama y obtuvo, sobre todo, resonantes éxitos en la conversión de los herejes, que abundaban en el norte de Italia, y que, en muchos casos, eran hombres de cierta posición y educación, a los que se podía llegar con argumentos razonables y ejemplos tomados de las Sagradas Escrituras.
En una ocasión, cuando los herejes de Rímini le impedían al pueblo acudir a sus sermones, San Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a gritar:  "Oigan la palabra de Dios, Uds. los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar".  A su llamado acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación.  Aquel milagro se conoció y conmovió a la ciudad, por lo que los herejes tuvieron que ceder.
A pesar de estar muy enfermo de hidropesía, San Antonio predicaba los 40 días de cuaresma. La gente presionaba para tocarlo y le arrancaban pedazos del hábito, hasta el punto que hacía falta designar un grupo de hombres para protegerlo después de los sermones.  
Además de la misión de predicador, se le dio el cargo de lector en teología entre sus hermanos.  Aquella fue la primera vez que un miembro de la Orden Franciscana cumplía con aquella función.  En una carta que, por lo general, se considera como perteneciente a San Francisco, se confirma este nombramiento con las siguientes palabras: "Al muy amado hermano Antonio, el hermano Francisco le saluda en Jesucristo. Me complace en extremo que seas tú el que lea la sagrada teología a los frailes, siempre que esos estudios no afecten al santo espíritu de plegaria y devoción que está de acuerdo con nuestra regla". Sin embargo, se advirtió cada vez con mayor claridad que, la verdadera misión del hermano Antonio estaba en el púlpito. Por cierto que poseía todas las cualidades del predicador: ciencia, elocuencia, un gran poder de persuasión, un ardiente celo por el bien de las almas y una voz sonora y bien timbrada que llegaba muy lejos.  Por otra parte, se afirmaba que estaba dotado con el poder de obrar milagros y, a pesar de que era de corta estatura y con cierta inclinación a la corpulencia, poseía una personalidad extraordinariamente atractiva, casi magnética. A veces, bastaba su presencia para que los pecadores cayesen de rodillas a sus pies; parecía que de su persona irradiaba la santidad. A donde quiera que iba, las gentes le seguían en tropel para escucharle, y con eso había para que los criminales empedernidos, los indiferentes y los herejes, pidiesen confesión. Las gentes cerraban sus tiendas, oficinas y talleres para asistir a sus sermones; muchas veces sucedió que algunas mujeres salieron antes del alba o permanecieron toda la noche en la iglesia, para conseguir un lugar cerca del púlpito. Con frecuencia, las iglesias eran insuficiente para contener a los enormes auditorios y, para que nadie dejara de oírle, a menudo predicaba en las plazas públicas y en los mercados. Poco después de la muerte de San Francisco, el hermano Antonio fue llamado, probablemente con la intención de nombrarle ministro provincial de la Emilia o la Romagna. En relación con la actitud que asumió el santo en las disensiones que surgieron en el seno de la orden, los historiadores modernos no dan crédito a la leyenda de que fue Antonio quien encabezó el movimiento de oposición al hermano Elías y a cualquier desviación de la regla original; esos historiadores señalan que el propio puesto de lector en teología, creado para él, era ya una innovación. Más bien parece que, en aquella ocasión, el santo actuó como un enviado del capítulo general de 1226 ante el Papa, Gregorio IX, para exponerle las cuestiones que hubiesen surgido, a fin de que el Pontífice manifestara su decisión. En aquella oportunidad, Antonio obtuvo del Papa la autorización para dejar su puesto de lector y dedicarse exclusivamente a la predicación. El Pontífice tenía una elevada opinión sobre el hermano Antonio, a quien cierta vez llamó "el Arca de los Testamentos", por los extraordinarios conocimientos que tenía de las Sagradas Escrituras.
 Desde aquel momento, el lugar de residencia de San Antonio fue Padua, una ciudad donde anteriormente había trabajado, donde todos le amaban y veneraban y donde, en mayor grado que en cualquier otra parte, tuvo el privilegio de ver los abundantísimos frutos de su ministerio.  Porque no solamente escuchaban sus sermones multitudes enormes, sino que éstos obtuvieron una muy amplia y general reforma de conducta. Las ancestrales disputas familiares se arreglaron definitivamente, los prisioneros quedaron en libertad y muchos de los que habían obtenido ganancias ilícitas las restituyeron, a veces en público, dejando títulos y dineros a los pies de San Antonio, para que éste los devolviera a sus legítimos dueños. Para beneficio de los pobres, denunció y combatió el muy ampliamente practicado vicio de la usura y luchó para que las autoridades aprobasen la ley que eximía de la pena de prisión a los deudores que se manifestasen dispuestos a desprenderse de sus posesiones para pagar a sus acreedores.  Se dice que también se enfrentó abiertamente con el violento duque Eccelino para exigirle que dejase en libertad a ciertos ciudadanos de Verona que el duque había encarcelado. A pesar de que no consiguió realizar sus propósitos en favor de los presos, su actitud nos demuestra el respeto y la veneración de que gozaba, ya que se afirma que el duque le escuchó con paciencia y se le permitió partir, sin que nadie le molestara.
Después de predicar una serie de sermones durante la primavera de 1231, la salud de San Antonio comenzó a ceder y se retiró a descansar, con otros dos frailes, a los bosques de Camposampiero.  Bien pronto se dio cuenta de que sus días estaban contados y entonces pidió que le llevasen a Padua. No llegó vivo más que a los aledaños de la ciudad.  El 13 de junio de 1231, en la habitación particular del capellán de las Clarisas Pobres de Arcella recibió los últimos sacramentosEntonó un canto a la Stma. Virgen y sonriendo dijo:  "Veo venir a Nuestro Señor" y murió.  Era el 13 de junio de 1231.  La gente recorría las calles diciendo: "¡Ha muerto un santo! ¡Ha muerto un santo!.Al morir tenía tan sólo treinta y cinco años de edad.  Durante sus funerales se produjeron extraordinarias demostraciones de la honda veneración que se le tenía.  Los paduanos han considerado siempre sus reliquias como el tesoro más preciado. 
San Antonio fue canonizado antes de que hubiese transcurrido un año de su muerte; en esa ocasión, el Papa Gregorio IX pronunció la antífona "O doctor optime" en su honor y, de esta manera, se anticipó en siete siglos a la fecha del año 1946, cuando el Papa Pío XII declaró a San Antonio "Doctor de la Iglesia".
Se le llama el "Milagroso San Antonio" por ser interminable lista de favores y beneficios que ha obtenido del cielo para sus devotos, desde el momento de su muerte.  Uno de los milagros mas famosos de su vida es el de la mula: Quiso uno retarle a San Antonio a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia. El hombre dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia.  La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló.
Iconografía: Por regla general, a partir del siglo XVII, se ha representado a San Antonio con el Niño Jesús en los brazos; ello se debe a un suceso que tuvo mucha difusión y que ocurrió cuando San Antonio estaba de visita en la casa de un amigo. En un momento dado, éste se asomó por la ventana y vio al santo que contemplaba, arrobado, a un niño hermosísimo y resplandeciente que sostenía en sus brazos. En las representaciones anteriores al siglo XVII aparece San Antonio sin otro distintivo que un libro, símbolo de su sabiduría respecto a las Sagradas Escrituras.  En ocasiones se le representó con un lirio en las manos y también junto a una mula que, según la leyenda, se arrodilló ante el Santísimo Sacramento que mostraba el santo; la actitud de la mula fue el motivo para que su dueño, un campesino escéptico, creyese en la presencia real. 
San Antonio es el patrón de los pobres y, ciertas limosnas especiales que se dan para obtener su intercesión, se llama "pan de San Antonio"; esta tradición comenzó a practicarse en 1890.  No hay ninguna explicación satisfactoria sobre el motivo por el que se le invoca para encontrar los objetos perdidos, pero es muy posible que esa devoción esté relacionada con un suceso que se relata entre los milagros, en la "Chronica XXIV Generalium" (No. 21):  un novicio huyó del convento y se llevó un valioso salterio que utilizaba San Antonio; el santo oró para que fuese recuperado su libro y, al instante, el novicio fugitivo se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar al convento y devolver el libro.
En Padua hay una magnífica basílica donde se veneran sus restos mortales.

El Papamóvil (historia)

La palabra papamóvil, y el vehículo específico que define, son en realidad ambas cosas mucho más jóvenes de lo que se cree. Desde tiempos inmemoriales los diversos Sumos Pontífices de turno han venido desplazándose sobre ruedas, pero más que sobre éstas inicialmente tiradas por fuerza animal como fácilmente se creería, aquéllos han sido llevados más en andas sobre la silla gestorial, un engalanado trono descubierto, a hombros de sirvientes (4, 6, 8 ó 12), y a cuya versión cerrada con techo y puertas se le llamaba sedan. Que le cargaran hombres tenía significación reverencial…
No hay duda que tenemos que reconocer a la "Sedia Gestatoria" como el primer Papamóvil. Esta, que es la que usaba el Papa Pío VII, se exhibe actualmente en el Palacio de Versailles.
Mas sólo en el siglo XX, con el advenimiento del automóvil, los papas se trasladaron a bordo de transportes motorizados. La panoplia de autos en los que desde los albores de la pasada centuria se ha movido cada Papa es diversa, aunque no extensa. Pero lo que se dice el Papamóvil como tal que conocemos hoy, es cosa de Juan Pablo II.
Investido de la suprema magistratura eclesiástica el 16 de octubre de 1978, Juan Pablo II, llamado desde sus inicios el Papa Viajero por la frecuencia con que salía del Vaticano, en su intenso pregrinaje mundial que le llevó a 129 naciones, explotó extensamente el vehículo que puso de moda. Fue él quien eliminó el uso de la silla gestorial y la sustituyó por el Papamóvil. Así el vehículo se agenció la primera plana.
Sin embargo —dato curioso— a Juan Pablo II nunca le gustó la palabra papamóvil, a la que consideraba indigna y ordinaria y de la que decía que abría las puertas a la sátira. Tenía razón. Como el vocablo papa en español es equivalente a patata, se ha visto alguna caricatura por ahí del tubérculo sobre ruedas.
Y cuando a consecuencia de la búsqueda de combustibles alternativos para los vehículos se esbozaron motores capaces de quemar fibra de coco, urea o anhídrido sulfhídrico —el "gas de los pantanos", el mismo que emana de las fosas de estiércol en descomposición— a los vehículos que los llevarían se les llamó jocosamente cocomóvil, pipimóvil cacamóvil.
El Papamóvil actual es un Mercedes-Benz ML modificado al efecto. Estecrossover, la firma alemana lo estrenó en el otoño de 1997 como modelo 1998, y ya va por su tercera generación. Esta es otra evidencia de la versatilidad de los SUV’s, pues antes los vehículos en que se movían los papas eran autos.
Pero antes de detallar al más contemporáneo de los papamóviles, recorramos primero su árbol genealógico para volver más adelante y a fondo a él.

LA MUSICA REGALO DE DIOS


“LA MUSICA REGALO DE DIOS”

Orígenes y algunas de sus fuentes.

Por Miguel Vázquez Aguilar.

Pero de alguna manera existía en esta primera fase, una semejanza que era la homofonía y una
comunidad de costumbres, que era la práctica del canto. Había, después, que pasar a la polifonía,
la más preciada y cara conquista de la música occidental en la Edad Media, que poseía en su favor
siete siglos de afanes y experiencias: acerca de esto se puede concluir, definitivamente, que los
mexicanos pre-cortesianos ignoraron y no presintieron la edad media musical europea.

Mas los indígenas, con sus cualidades innatas, prontamente superaron las dificultades. Creemos
que su arraigado sentimiento religioso, (ancestral y sincero en su culto a las divinidades que
veneraban), orientado por los misioneros, ciertamente, en su sentido distinto; así como el
benévolo amparo y protección que recibieron de los propios misioneros, favorecieron su empeño
para alcanzar resultados satisfactorios.

Los Memoriales de Motolinia dan fe de las cualidades y adelantos de los indios. Dichos
Memoriales, escritos unos cuantos años después de la Conquista, alaban no solamente “el vivo
ingenio y memoria” de los indios, sino su capacidad para componer obras a varias partes o voces.
Dicen en una de sus partes: “Algunos mancebos de estos, que digo, han puesto en canto de
órgano villancicos a cuatro voces, y los villancicos en su lengua, y esto parece señal de grande
habilidad, porque aún no los han enseñado a componer, ni contrapunto, y lo que ha puesto en
admiración a los españoles cantores, es que un indio de estos cantores, vecino de esta ciudad de
Tlaxcala (donde Motolinia estuvo como guardián del Convento de 1536 a 1539) ha compuesto una
misa por puro ingenio, y la han oído hartos españoles cantores, buenos cantantes, y dicen que no
le falta nada, aunque no es muy prima”.

El mismo Motolinia añade: “Hay muchos niños de hasta once o doce años que saben leer y
escribir, canto llano y canto de órgano, y aún apuntar para sí varios cantos”.
Otro aspecto que señala la habilidad de los indios es el que se refiere a la construcción de
instrumentos musicales. Se sabe, en forma indudable, que los órganos fueron construidos, en la
escuela de Fray Pedro de gante, en Texcoco, desde el año 1527.

El Padre Mendieta, sucesor de los doce franciscanos que emprendieron la evangelización de
México, dice: “Una cosa puedo afirmar con verdad: que en todos los reinos de la Cristiandad no
hay tanta copia de flautas, chirimías, sacabuches, orlos, trompetas y atabales, como en solo este
reino de la Nueva España. Órganos también los tienen todas cuasi las iglesias donde hay religiosos,
y aunque los indios son los que labran lo que es menester para ellos, y los mismos indios los tañen
en nuestros conventos”.
Para terminar éste capítulo le rendimos un pequeño homenaje a la egregia figura del sabio fraile
franciscano Bernardino de Sahagún, e insertamos su “noticia” acerca de los músicos indígenas:
“El buen cantor alza la voz y canta claro, levanta y baja la voz y compone cualquier canto de su
ingenio. El buen cantor es de buena, clara y sana voz, de claro ingenio y de buena memoria, y
canta en tenor, y cantando baja, y sube, y ablanda o templa la voz, entona a los otros, ocúpase
en componer y enseñar la música, y antes que cante en público primero se ensaya. El mal cantor
tiene voz hueca, áspera o ronca, es indocto y bronco, mas por otra parte es presuntuoso y
jactancioso, desvergonzado o envidioso, molesto y enojoso a los demás por cantar mal, es muy
olvidadizo y avariento en no querer comunicar con los otros lo que sabe del canto, y es soberbio y
muy loco”.



 Continuara………………………..