lunes, 1 de julio de 2013
La Musica Regalo de Dios
LA MUSICA REGALO DE DIOS”
Orígenes y algunas de sus fuentes.
Por Miguel Vázquez Aguilar.
Al hablar del Canto Gregoriano no podemos menos de reconocer en él uno de los testimonios
más antiguos de la música humana.
Su origen se pierde en los esplendorosos días en que el Salmista cantaba a Jehová sobre la melodía
“La paloma muda de los lejanos terebintos” como lo recuerda aún la Biblia.
Junto a todos los tesoros mesiánicos, Jesús legó a la iglesia la música sagrada. Cuando celebró en
el Cenáculo la primera misa de la historia nos narran los evangelistas que, antes de salir, cantó el himno de acción de gracias. Jesús fue, pues, el primero que cantó en la iglesia.
Después que el pueblo judío desconoció al Salvador, Jerusalén no fue ya la Ciudad Santa. En
adelante este título lo llevará Roma, allá va Pedro, el primer Papa, a establecer su Sede y con él
va la herencia religiosa del nuevo Israel. De este modo es como en los surcos de las catacumbas la
música sagrada llega a ser también romana.Cuando la iglesia sale a flor de tierra en el siglo IV, sale cantando, y ya en el siglo VI el Papa San
Gregorio (como lo hemos platicado anteriormente) puede realizar una compilación de melodías
sagradas y ordenarlas con tal perfección que el canto eclesiástico toma con justicia el nombre de
Canto gregoriano. Este canto ha de ser la música religiosa de toda la Edad Media y de él saldrá, poco a poco, en los siglos XII, XIV y XV, el canto y la música polifónicos y a través de éstos, en los siglos sucesivos, la música moderna.
Es verdad que esto sucede a costa del mismo Canto Gregoriano, al cual se mutila, se deforma y se
echa en el olvido.
De tan triste situación han venido a sacarlo desde la mitad del siglo XIX los monjes benedictinos. Por medio de pacientísimos estudios, estos beneméritos monjes han logrado restaurar las melodías y el ritmo gregorianos y de esa manera reintroducir la legítima ejecución del canto que la iglesia Católica reconoce como propio (Motu Proprio de S.S. Pio X, 22 de noviembre de 1903).
El canto Gregoriano es el canto oficial de la iglesia Católica.
Es música, puesto que es el canto, pero antes de esto es oración. Se puede decir que es la oración
en aquel momento extático en que ya no puede ser expresada por la palabra hablada y se busca la musicalidad como expresión del fuego interior. De aquí que no hay música tan íntimamente
ligada a la palabra como el Gregoriano. El texto sagrado es toda la razón de esta música divina.
También se explica así por qué está música logra un ennoblecimiento y una elevación tales, en los
que la escuchan, como ninguna otra música puede lograrlos. En una orquesta se podrá tener más
música, pero siempre de inspiración humana. Por las melodías gregorianas circula una inspiración divina.
Esto no quiere decir que, musicalmente hablando, el Canto Gregoriano sea imperfecto. Como
prueba en contra está la música de nuestros días que ha acudido a las fuentes modales y a la
libertad rítmica propia del Gregoriano, en busca de renovación.
Continuara………………………….
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