lunes, 29 de julio de 2013

“LA MUSICA REGALO DE DIOS” Por Miguel Vázquez Aguilar.


“LA MUSICA REGALO DE DIOS”

Orígenes y algunas de sus fuentes.

Por Miguel  Vázquez Aguilar.
Gracias a la iglesia, es como en nuestro país existe progreso,
desde la conquista en 1521, la música de los indígenas, que
antes desempeñara tan importante papel, debía, necesariamente,
ser combatida en su forma, funciones y aplicaciones: de modo
permanente, relevante y definitivo, quienes más influyeron en esto
fueron los  “misioneros.”

El esmero apostólico y la circunstancia de que la educación estaba en
aquella época en manos del clero, fueron los factores que aceleraron
ese cambio.
La primera figura que se destaca en esta difícil labor es  Fray Pedro de
Gante.  Según sus biógrafos, el cercano parentesco que guardaba con
el emperador Carlos V, de cuyo séquito formaba parte, le auguraban
un preeminente lugar de honor en el mundo de las dignidades
seculares. Pero el conocimiento de los infortunios de los indios, que
le fueron relatados por Fray Bartolomé´ de las Casas, despertó en él,  el
deseo de venir a América para tratar de remediar sus necesidades.

Dejó la fastuosidad de la corte y lleno de ardiente caridad, entró como
lego en la Orden Franciscana.
El primero de mayo de 1522 se embarcó para América, junto con
Fray Juan de Tecto y Fray Juan de Aora.   El treinta de agosto del mismo
año llegaron a Veracruz. Descalzos y a pie emprendieron el viaje
hacia Tenochtitlán, que aún  no se reponía de los estragos y daños
causados por la contienda. Se radicaron en Texcoco, hospedándolos
Ixtlixóchitl, que era entonces el señor de ese reino,  en el palacio de
Nezahualpilli. Se dedicaron a aprender la lengua de los mexicanos
para emprender después la tarea que se habían proyectado.

Fue en esta ciudad (Texcoco), donde  Fray Pedro de Gante   “fundó la
primera escuela de cultura europea que hubo en América destinada
a la enseñanza de los indios”; escuela en que la música tuvo un
importante lugar desde sus inicios, realizada en el año de 1523.

Pero a todo esto el humilde lego, en que ocupaba  su tiempo o cual
era su labor primordial, lo sabemos por una carta que él mismo
escribió  dice: “Mi oficio es predicar y enseñar día y noche. En el día
enseño a leer, escribir y cantar: en la noche leo doctrina cristiana y
predico…”  Aunque también afirma que una vez  conseguido algún
provecho con sus discípulos “vamos a la redonda destruyendo ídolos
y templos, y levantamos iglesias (de las que edificó más de cien)  al
Dios verdadero.

Continuara………….

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