martes, 28 de mayo de 2013

La Mision del Catequista



Hay un cuadro de Murillo llamado "Los niños de la concha" en un fondo tranquilo y sereno, mientras los ángeles desde lo alto miran y sonríen, el Niño Jesús con una conchita da al pequeño Juan Bautista el agua tomada de un limpiadísimo riachuelo que se desliza a sus pies.
He aquí la misión del catequista: Sustituir a Jesús y dar a los niños con el catecismo, el agua de la vida eterna.
Es una misión noble
El catequista continúa la obra de Jesús y de los apóstoles: se coloca en línea con los obispos, los sacerdotes y los misioneros; ayuda a la familia que no siempre puede o sabe educar sola a los hijos; ayuda a la patria para formar buenos ciudadanos. Ayuda, sobre todo, a la religión. Ciertamente que el centro de la religión está en la Santa Misa, los sacramentos, las funciones sagradas. ¡Que huellas tan hondas dejan en el alma una primera comunión, el rito del matrimonio, una confesión bien hecha!.
¿Pero que es lo que se recoge en una Primera Comunión, en el rito del matrimonio bien celebrado?. Lo que el catequista ha sembrado antes. ¿Quién va a Misa, a los actos del culto y saca de ellos fruto práctico?. El que ha sido preparado por un catequista serio y bien preparado.
¿Quién se confiesa con acusación sincera de dolor y propósito firme de enmienda?. El que ha tenido un excelente catequista que lo ha instruido acerca de la confesión con ideas, convicciones y buenos hábitos.
San Pío X dijo: "El apostolado del catequista, es el más grande de los apostolados hoy día".
Es una misión difícil
Las dificultades vienen ya de parte de los alumnos, ya de parte del mismo catequista. Los niños son con frecuencia muy inconstantes, inquietos, distraídos por mil cosas. Los familiares ayudan poco a la obra del catequista, y a veces la obstaculizan o la destruyen.
Las dificultades de parte del catequista son: que se siente a veces impreparado, que tiene poco tiempo, que debe someterse a la fatiga de la preparación, que tiene que fatigarse para mantener la disciplina debida, etc. y además el catequista se halla desilusionado por el desaliento, tanto más difícil cuanto ha sido mayor el entusiasmo al empezar. No se ve el fruto inmediato, se encuentran dificultades, se prueban desilusiones, amarguras y a veces se desea dejarlo todo.
Es una misión que lleva fruto
Las dificultades se superan. Quien tiene entusiasmo insiste, repite y sobre todo procura prepararse debidamente para hacer atrayente la lección, llega a llamar la atención de los niños.
El fruto no puede faltar, y segura es la recompensa del Señor que ha dicho: "Todo cuanto hayáis hecho a uno de estos pequeños, lo habéis hecho a Mí", y estas otras "Los que hayan enseñado la justicia a muchos, brillarán como astros en la eternidad"
Pero además hay también fruto y resultado en la tierra. El agricultor recoge la cosecha, pero sólo después de haber arrojado la semilla. El catequista es un sembrador y a veces el efecto de su enseñanza se verá solamente más tarde, en una desgracia, en peligro de muerte, otras veces el fruto es visible en los jóvenes que prepara, que llegan a ser mejores y que son agradecidos al que los instruyó.

“LA MUSICA REGALO DE DIOS” por Miguel Vázquez Aguilar


“LA MUSICA REGALO DE DIOS”



Orígenes y algunas de sus fuentes.

Por Miguel  Vázquez Aguilar.

El pueblo hebreo tenía poca disposición para las artes plásticas, pero en cambio gozaba de un gran
talento para la poesía y la música que se distinguía por su carácter eminentemente religioso. Las Sagradas Escrituras se encuentran llenas de referencias musicales. Recordemos que David, rey de Israel  (1010-970), a.C., siempre es representado con un arpa en las manos, y Salomón su sucesor, autor de “El Cantar de los Cantares”,  famoso por ser un gran músico.
 Por cierto que del rey Salomón cuenta la historia que una hermosa mujer, la reina de Saba,
atravesó  todo el desierto, desde su lejano país en Arabia, para escucharlo personalmente, ya que
era célebre por su arte musical.
Alrededor del siglo VIII se hizo evidente la necesidad de fundar hermandades monacales donde se les pudiera enseñar y practicar las melodías gregorianas entonadas, como toda la música gregoriana, en latín, a monjes que supieran ejecutar con la mayor pureza todos estos cantos espirituales. Estas hermandades  se llamaron  “Schola Cantorum”. Y se fundaban en las abadías, conventos, capillas o catedrales.
Una de las más famosas Schola Cantorum y la más importante en el ejercicio de la música durante toda la Edad Media, fue la Schola Cantorum de la Abadía de San Gall . Esta Abadía fue fundada en el año de 720, en una región de la Suiza actual, y muy pronto se convirtió en el modelo de toda la ejecución del canto gregoriano de la época. Cuenta la leyenda que siendo Carlomagno emperador de los francos (768), después de haber impuesto la unidad de fe y rito en todo su inmenso reino, pensó que era necesario mandar traer una copia auténtica del antifonario del canto gregoriano, para unificar así la forma de entonar esos cánticos, ya que cada pueblo quería cantar “a su modo”.

La ejecución de estos cánticos se trasmitía oralmente ayudada solamente por ciertos signos llamados neumas, de los  que hablaremos posteriormente.
Ante la petición de Carlomagno, el Papa Adriano comisionó a dos monjes, Pedro y Romano, para
que llevaran desde Roma copias del auténtico antifonario. Uno de ellos, Romano, enfermó en una
etapa de su viaje y se quedó en el monasterio de San Gall con una copia del antifonario que fue rápidamente reproducida por los monjes.
Fue así como San Gall, destinada a ser un gran núcleo cultural de la época, se convirtió en un importante centro del canto litúrgico auténtico, y es allí donde surgirán algunas innovaciones importantes de la música.
La misión de organizar una  edición  de esos cánticos, que se llamó Edición Vaticana del Canto Gregoriano. Esta edición se hizo oficial el 22 de noviembre de 1903, cuando el canto gregoriano quedó reconocido como canto oficial de la Iglesia Católica.


 El papa San Gregorio Magno, hizo
En el siglo VI I una recopilación de
Todos los cantos  litúrgicos de  la
Iglesia Católica.  Hoy se conocen
, como "Cantos gregorianos".

Continuara…………………………………………………………………….              




¿Que es el tiempo Ordinario?


Son treinta y tres o treinta y cuatro semanas en el transcurso del año, en las que no se celebra ningún aspecto particular del misterio de Cristo. Es el tiempo más largo, cuando la comunidad de bautizados es llamada a profundizar en el Misterio Pascual y a vivirlo en el desarrollo de la vida de todos los días. Por eso las lecturas bíblicas de las misas son de gran importancia para la formación cristiana de la comunidad. Esas lecturas no se hacen para cumplir con un ceremonial, sino para conocer y meditar el mensaje de salvación apropiado a todas las circunstancias de la vida.
El Tiempo Ordinario del año comienza con el lunes que sigue del domingo después del 6 de enero y se prolonga hasta el martes anterior a la CUARESMA vuelve a reanudarse el lunes después del domingo de PENTECOSTES y finaliza antes del Domingo Primero de ADVIENTO.
Las fechas varían cada año, pues se toma en cuenta los calendarios antiguos que estaban determinados por las fases lunares, sobre todo para fijar la fecha del Viernes Santo, día de la Crucifixión de Jesús, a partir de ahí se estructura todo el AÑO LITURGICO.

jueves, 2 de mayo de 2013

Santa Clara de Asis



SANTA CLARA DE ASIS


Asís, 1193 o 1194 - id., 1253) Fundadora de las religiosas franciscanas, llamadas Clarisas. Su padre pertenecía a una de las familias de mejor linaje de la ciudad, y su madre era una dama de profundo sentido cristiano. Cuando tenía 18 años, subyugada por el ardor evangélico de su compatriota Francisco, que acababa de poner en marcha la nueva fraternidad, se confió a su dirección.

Santa Clara de Asís
Abandonó su casa y en la capilla de la Porciúncula, donde vivía San Francisco, tomó el hábito de manos del santo, prometiéndole obediencia. Inmediatamente fue confiada por Francisco al monasterio benedictino de San Pablo de las Abadesas. Allí tuvo que vencer la enconada oposición de sus parientes. Quince días después, Francisco le procuró un asilo más seguro en el convento de Sant´Angelo in Panzo, en las estribaciones del monte Subasio, donde fue a unírsele, fugada asimismo clandestinamente, su hermana Inés.
Posteriormente, Francisco dispuso para Clara y sus imitadoras una vivienda, adaptada al ideal de pobreza y sencillez que ella misma anhelaba, junto a la pequeña iglesia de San Damián, por él restaurada. Y en ella se instaló el pequeño grupo de Damas Pobres, llamadas luego Clarisas, integrado ya con otras tres compañeras. La comunidad femenina imitaba en lo posible la de los hermanos franciscanos.
Durante cuarenta años, Clara fue la superiora del convento de monjas de San Damián. Su vida era de gran austeridad y muy rica en obras de caridad y piedad. Se cuenta que alejó con sus oraciones a los sarracenos que asediaban Asís. Redactó una Forma de vida en la que insistía en la pobreza como base para la regla que ella misma redactó con posterioridad (1247-1252), adaptación para las religiosas de la regla franciscana. En 1253, una bula pontificia aprobaba solemnemente la regla que había compuesto. Murió en 1253 y fue canonizada en 1255. Sus restos descansan en la cripta de la iglesia a ella dedicada en Asís. Su fiesta se celebra el 12 de agosto.

Hechos de los Apostoles 2,1-5


“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo”.
Hechos de los Apóstoles 2, 1-5

“LA MUSICA REGALO DE DIOS”

Orígenes y algunas de sus fuentes.

Por Miguel Vázquez Aguilar.

En el año 54 después de cristo, San Pedro fundó en Roma la sede del cristianismo, y la ebullición
subterránea de este nuevo espíritu en las catacumbas de Roma, impulsó a los primeros cristianos
a alabar a Dios por medio de cánticos. Sin embargo, la música romana de la época estaba
asociada a la vida pagana y superficial que llevaban la mayor parte de los romanos. Por ello, los
primeros cristianos no adoptaron estos cánticos para acompañar sus oraciones (como ya lo hemos
mencionado en capítulos anteriores), y fácilmente se sintieron subyugados por el carácter de las
melodías orientales que San Pedro introdujo a Roma.

De estos cánticos orientales se nos habla en algunas referencias contenidas en el Nuevo
Testamento. San Mateo, por ejemplo, escribe, en su evangelio: “…habiendo cantado el himno
salieron al huerto de los olivos”. San Pablo, en la epístola a los colosenses invita a los cristianos
de esa región a unirse y alabar a Dios: “enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con
salmos e himnos y canciones espirituales”. Por salmos entendemos cantos de origen hebreo con
letra tomada del Antiguo Testamento, y por himnos, canciones de alabanza de origen griego.
Estos cánticos de origen oriental, introducidos a Roma, estaban basados en una melodía, sin
acompañamiento de ninguna clase, y fueron la base del desenvolvimiento de la música durante
mil años.

Existe todavía más referencia sobre las buenas costumbres musicales cristianas y se encuentra en
un escrito muy antiguo de Plinio el Joven, para informar al emperador Justiniano de las prácticas
de los nuevos cristianos: … tenían la costumbre de reunirse en un día determinado al amanecer,
para alabar a Cristo como a un Dios, con un canto alterno”.

Canto alterno es el que se desarrolla entre dos coros, uno de los cuales responde al otro. En la
liturgia católica, el canto alterno recibe el nombre de antífona, y se canta con la participación de
dos coros, o bien con un solista y la congregación.

Fue en el año 323 que Constantino declaró el cristianismo como religión oficial. Este suceso
naturalmente aceleró la propagación de la fe cristiana por todo el imperio romano, y la nueva
música cristiana fue un arma poderosa para catequizar a las tribus bárbaras de tierras europeas.

CONTINUARA……………………………….



SAN PEDRO FUNDO EN ROMA

LA SEDE DEL CRISTIANISMO.

La Ascencion


  El artículo del Credo: "Subió al Cielo y está sentado a la derecha del Padre" nos enseña que Cristo cuarenta días después de su Resurrección subió al Cielo en cuerpo y alma, por su propia virtud. La Ascensión de Jesús

   Nos refiere San Lucas en el Libro de los "Hechos de los Apóstoles", que Cristo resucitado "se manifestó a los Apóstoles dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles por espacio de cuarenta días, y hablándoles de las cosas tocantes al reino de Dios" (Hebreos 1,3)

   En este lapso de tiempo, Cristo confirió tres poderes importantes a la Iglesia, a saber: a) a San Pedro el poder de gobernarla (Juan 21,15); b) a todos los Apóstoles el poder de perdonar los pecados (Juan 20,22); y c) también a todos ellos el de enseñar, bautizar y hacer cumplir lo que Él había mandado (Mateo 28,18).

EL HECHO DE LA ASCENSION

   Nuestro Señor Jesucristo, después de dirigir a sus Apóstoles estas últimas palabras. "Recibiréis el Espíritu Santo y me serviréis de testigos en Jerusalén y en toda la Judea y hasta los extremos del mundo", "se fue elevando a la vista de ellos por los aires hasta que una nube lo encubrió a sus ojos" (Hechos 1,8).

   Advirtamos lo siguiente:

a) Cristo subió al Cielo en cuanto Hombre, pues en cuanto Dios nunca dejó de estar en él.
b) Subió por su propia virtud; y esto se diferencia de María Santísima que subió al Cielo en cuerpo y alma, pero no por poder propio, sino por poder de Dios.
c) La frase: "Está sentado a la derecha del Padre", indica la gloria de Jesucristo en el Cielo.

   La expresión "estar sentado a la derecha de alguno" denota en general ocupar un puesto en honor; y en este lugar significa que Cristo disfruta en el Cielo de gloria igual a la del Padre, en cuanto Dios; y mayor que todas las criaturas, en cuanto hombre.

FINES Y FRUTOS DE LA ASCENSION

   Cristo subió a los cielos por tres fines principales: a) para tomar posesión del reino de su gloria; b) para enviar el Espíritu Santo a los Apóstoles y a su Iglesia; c) para ser en el Cielo Mediador e Intercesor nuestro y prepararnos tronos de gloria(Hebreos 4,14).

   La Ascención del Señor debe fomentar en nosotros de modo especial la virtud de la esperanza, puesto que Él "subió a prepararnos un lugar en el Cielo" (Juan 14,2). Este pensamiento está llamado a fortalecernos en las luchas y tentaciones de la vida recordándonos que "si combatimos con Cristo, con Él seremos glorificados" (Romanos 8,17).