martes, 5 de febrero de 2013

Esquema Católico Cuaresma


La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el miercoles de ceniza  y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
40 días
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.
La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.

San Juan Bosco -Santos


 Vida de San Juan Bosco
Juan Melchor nace en 1815, junto a Castelnuovo, en la diócesis de Turín. Era el menor de los hijos de un campesino piamontés. Su niñez fue muy dura. Su padre murió cuando Juan tenía apenas dos años y medio. La madre, Margarita, analfabeta y muy pobre, pero santa y laboriosa mujer, que debió luchar mucho para sacar adelante a sus hijos, se hizo cargo de su educación.
El primero de sus 159 sueños proféticos 
A los nueve años de edad, un sueño que el rapazuelo no olvidó nunca, le reveló su vocación. Más adelante, en todos los períodos críticos de su vida, una visión del cielo le indicó siempre el camino que debía seguir.
En aquel primer sueño, se vio rodeado de una multitud de chiquillos que se peleaban entre sí y blasfemaban; Juan Bosco trató de hacer la paz, primero con exhortaciones y después con los puños. Súbitamente apareció Nuestro Señor y le dijo: "¡No, no; tienes que ganártelos con la mansedumbre y el amor!" Le indicó también que su Maestra sería la Santísima Virgen, quien al instante apareció y le dijo: "Toma tu cayado de pastor y guía a tus ovejas". Cuando la Señora pronunció estas palabras los niños se convirtieron primero, en bestias feroces y luego en ovejas.   
Una gran cualidad: su interés por la salvación de la juventud
El sueño terminó, pero desde aquel momento Juan Bosco comprendió que su vocación era ayudar a los niños pobres, y empezó inmediatamente a enseñar el catecismo y a llevar a la iglesia a los chicos de su pueblo. Para ganárselos, acostumbraba ejecutar ante ellos toda clase de acrobacias, en las que llegó a ser muy ducho. Un domingo por la mañana, un acróbata ambulante dio una función pública y los niños no acudieron a la iglesia; Juan Bosco desafió al acróbata en su propio terreno, obtuvo el triunfo, y se dirigió victoriosamente con los chicos a la misa.
La alegría de Don Bosco
Los muchachos de la calle lo llamaban: ‘Ese es el Padre que siempre está alegre. El Padre de los cuentos bonitos’. Su sonrisa era de siempre. Nadie lo encontraba jamás de mal humor y nunca se le escuchaba una palabra dura o humillante. Hablar con él la primera vez era quedar ya de amigo suyo para toda la vida. El Señor le concedió también el don de consejo: Un consejo suyo cambiaba a las personas. Y lo que decía eran cosas ordinarias.
Durante las semanas que vivió con una tía que prestaba servicios en casa de un sacerdote, Juan Bosco aprendió a leer. Tenía un gran deseo de ser sacerdote, pero hubo de vencer numerosas dificultades antes de poder empezar sus estudios. A los dieciséis años, ingresó finalmente en el seminario de Chieri y era tan pobre, que debía mendigar para reunir el dinero y los vestidos indispensables.
El alcalde del pueblo le regaló el sombrero, el párroco la chaqueta, uno de los parroquianos el abrigo y otro, un par de zapatos. Después de haber recibido el diaconado, Juan Bosco pasó al seminario mayor de Turín y ahí empezó, con la aprobación de sus superiores, a reunir los domingos a un grupo de chiquillos y mozuelos abandonados de la ciudad.
San José Cafasso, sacerdote de la parroquia anexa al seminario mayor de Turín, confirmó a Juan Bosco en su vocación, explicándole que Dios no quería que fuese a las misiones extranjeras: "Desempaca tus bártulos --le dijo--, y prosigue tu trabajo con los chicos abandonados. Eso y no otra cosa es lo que Dios quiere de ti".
El mismo Don Cafasso le puso en contacto con los ricos que podían ayudarle con limosnas para su obra, y le mostró las prisiones y los barrios bajos en los que encontraría suficientes clientes para aprovechar los donativos de los ricos.
El primer puesto que ocupó Don Bosco fue el de capellán auxiliar en una casa de refugio para muchachas, que había fundado la marquesa di Barola, la rica y caritativa mujer que socorrió a Silvio Pellico cuando éste salió de la prisión. Los domingos, Don Bosco no tenía trabajo de modo que podía ocuparse de sus chicos, a los que consagraba el día entero en una especie de escuela y centro de recreo, que él llamó "Oratorio Festivo".
Pero muy pronto, la marquesa le negó el permiso de reunir a los niños en sus terrenos, porque hacían ruido y destruían las flores. Durante un año, Don Bosco y sus chiquillos anduvieron de "Herodes a Pilatos", porque nadie quería aceptar ese pequeño ejército de más de un centenar de revoltosos muchachos.
Cuando Don Bosco consiguió, por fin, alquilar un viejo granero, y todo empezaba a arreglarse, la marquesa, que a pesar de su generosidad tenía algo de autócrata, le exigió que escogiera entre quedarse con su tropa o con su puesto en el refugio para muchachas. El santo escogió a sus chicos.
Oratorios, escuelas, talleres...
En esos momentos críticos, le sobrevino una pulmonía, cuyas complicaciones estuvieron a punto de costarle la vida. En cuanto se repuso, fue a vivir en unos cuartuchos miserables de su nuevo oratorio, en compañía de su madre, y ahí se entregó, con toda el alma, a consolidar y extender su obra. Dio forma acabada a una escuela nocturna, que había inaugurado el año precedente, y como el oratorio estaba lleno a reventar, abrió otros dos centros en otros tantos barrios de Turín.
Por la misma época, empezó a dar alojamiento a los niños abandonados. Al poco tiempo, había ya treinta o cuarenta chicos, la mayoría aprendices, que vivían con Don Bosco y su madre en el barrio de Valdocco. Los chicos llamaban a la madre de Don Bosco "Mamá Margarita".
Con todo, Don Bosco cayó pronto en la cuenta que todo el bien que hacía a sus chicos se perdía con las malas influencias del exterior, y decidió construir sus propios talleres de aprendizaje. Los dos primeros: el de los zapateros y el de los sastres, fueron inaugurados en 1853.



La Música Regalo de Dios por Miguel Vazquez Cap#1


“LA MUSICA REGALO DE DIOS”

Orígenes y algunas de sus fuentes.

Por Miguel Vázquez Aguilar.

Esta es la oportunidad de comenzar algo bueno, que nos gusta, la Música , bello regalo que Dios nos a dado para que le cantemos, para que nos emocionemos y disfrutemos para que vivamos al compás de la música, por ello comenzamos este humilde relato histórico y trascendental que hasta nuestros días por fortuna se escucha “La Música Sagrada Religiosa”.

Durante la época del imperio romano la música religiosa cristiana, inspirada al principio en salmos y melodías hebreas, manifestó un desarrollo incipiente, en cada poblado los fieles honraban a Dios al tiempo que hacían sonar sus cantos religiosos.

Pero las autoridades eclesiásticas, no estaban conformes con estos avances se reunían a menudo para tratar de encontrar la manera de que sus cantos produjeran un síntoma que reflejara el amor y sentimiento humano sin dejar de utilizar como base las melodías ya existentes. deseaban crear composiciones nuevas. Según los conocemos en la actualidad son obras de muchos músicos en general de monjes a través de cientos de años.



Pero la iglesia católica encontró en la persona del papa Gregorio I el Grande, también llamado “padre de la iglesia medieval” que él seleccionara y unificase la música eclesiástica. Dando así su nombre a los “Cantos Gregorianos”.

El papa Gregorio nació en Roma el año 540 en el seno de una familia aristocrática y rica. Fue elegido papa el año 590 por la voz unánime del pueblo y el clero y, aunque él trató de negarse, fue virtualmente obligado a aceptar la tiara pontificia, que llevó hasta su muerte en el año 604, De su intensa actividad destaca su labor musical. Reunió las melodías compuestas por sus predecesores en el papado, así como las ya nombradas de los monjes, únicas que consideró dignas de figurar en el oficio religioso. Añadió otras que él mismo había compuesto y el conjunto lo escribió en un libro que sujetó al altar de San Pedro con una cadena de plata, declarándolo fuente auténtica e invariable. También se sabe que el papa Gregorio, creó dos instituciones de gran importancia musical: la Schola Cantor Um, junto a la basílica de san Juan de Letrán, en la que un grupo de cantores conservaba la tradición del canto religioso, y los Pueri Symphoniaci o niños musicales, junto a la iglesia de San Pedro, dedicada a formar a los futuros cantores. Ya estando enfermo de gota, el papa se hacía llevar en una camilla a esta escuela y él en persona enseñaba y corregía a los niños. El papa Gregorio se había autonombrado humildemente Servus servorum Domini (Siervo de los siervos de Dios).

La tradición de canto gregoriano es la única música practicada sin interrupción desde el comienzo de la Edad Media hasta nuestros días. Consta exclusivamente de melodías vocales sin armonía ni acompañamiento. Pero es de todos grato escucharlo y cantarlo, esto a sido la base sobre la que se construyo toda la polifonía religiosa.


La música es hija de la memoria decía San Isidoro de Sevilla, porque los sonidos no se pueden escribir. Durante la Edad Media los cantores de las catedrales y monasterios empleaban varios años de su vida en aprender y memorizar todas los cantos Gregorianos del Oficio Divino. Cuando un cantor en el coro se equivocaba por cualquier situación, de inmediato era severamente castigado. Guido d’ Arezzo fue un monje italiano del siglo X que siendo niño cantor había sufrido este pesado aprendizaje sin orden ni técnica. Por lo que dedicó mucho de su tiempo a crear un sistema que pudiera ser un idioma universal de poder escribir y leer la música con facilidad, a la vez cantar, y tocar algún instrumento.

San Gregorio Magno
Papa de la Iglesia católica
540 - 12 de marzo de 604
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Doctor de la Iglesia


Continuara…………………..